Reivindicando el 8M desde la Alimentación
En un día tan especial como hoy en el que reivindicamos la igualdad de derechos, desde la Estrategia Alimentaria de Valladolid queremos recordar que la mujer también ha sido y es una pieza clave en todo lo relativo a la alimentación y a su vez ha sufrido y sigue sufriendo opresiones y desigualdades.
La mujer es la principal productora de alimentos a nivel mundial, pero es la que menos acceso a los recursos tiene.
Los estudios de la FAO confirman que la mujer, pilar de la agricultura de pequeña escala, del trabajo campesino y de la subsistencia familiar, tiene mayores dificultades que el hombre a la hora de acceder a recursos como la tierra y las ayudas y los insumos y servicios que aumentan la productividad.
Además de sus papeles decisivos en la producción de alimentos, las mujeres contribuyen en otros modos importantes:
Como aquellas que preservan la biodiversidad: Al ser las responsables de la provisión de alimentos y cuidados a sus familias, las mujeres suelen disponer de un conocimiento especial del valor y la diversidad de uso de plantas para la nutrición, la salud y la generación de ingresos. Por lo tanto, “a menudo son las guardianas del tradicional conocimiento de las plantas indígenas. Además, las mujeres suelen experimentar y adaptar especies indígenas, por lo que se convierten en expertas en recursos fitogenéticos” (Karl, 1996; Bunning and Hill, 1996).
Como aquellas que procesan y preparan los alimentos: Mientras que las mujeres producen más del 50 por ciento de los alimentos en todo el mundo, realizan también la aplastante mayoría del trabajo de procesado de alimentos. Este procesado contribuye a la seguridad alimentaria, ya que reduce las pérdidas de alimentos, aporta variedad dietética y proporciona importantes vitaminas y minerales. Además de las tareas de machacar y moler granos básicos, ahumar pescado y carnes, procesar los excedentes de la huerta que suelen llevar mucho tiempo, las mujeres procesan y conservan fruta y verdura producidas en su huerto casero o recogidas en los bosques. Además, en prácticamente todo el mundo son responsables de la preparación de alimentos para sus hogares y, por consiguiente, de la salud y bienestar de sus familias.
Como aquellas que atienden las necesidades básicas del hogar y de la comunidad: Las mujeres todavía hoy llevan a cabo la casi totalidad de las tareas necesarias para la alimentación en los hogares y para asegurar buenas condiciones de nutrición y salud. Estas tareas incluyen recogida desde la responsabilidad de hacer la compra, cocina,…hasta los cuidados básicos de la salud familiar.
Como aquellas asalariadas: la crisis COVID a sacad a la luz, más si cabe, las injusticias en el trabajo de jornaleras y jornaleros del campo, destacando su papel clave en el sistema alimentario que contrasta con las condiciones de injusticia social que viven día a día.
Por cambiar todas estas situaciones de injusticia se trabaja desde la Estrategia Alimentaria.
Para asegurar el acceso a la tierra y otros recursos, para facilitar el acceso a una alimentación saludable y sostenible para todas las personas, para construir un sistema alimentario basado en los derechos, para promover hábitos y formas de hacer más equitativas, para facilitar la participación de las mujeres en la toma de decisiones y órganos de gobernanza.
Todo esto y mucho más en la Estrategia Alimentaria, ¡Conócela!
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