Lluvia, calabaza y cestas llenas: así fue el ecomercado de noviembre

Pasamos mucho tiempo preparando cada mercado, igual que se pasan mucho tiempo nuestros productores cuidando la tierra para que de sus frutos. En cambio, el Ecomercado de cada mes, se pasa volando: como un suspiro.

Parece mentira que tantas horas y sudores se resuman en un puesto que se vacía rápidamente con el paso de las horas para llenar vuestras cazuelas.

Si la edición anterior fue fría, esta fue pasada por agua. Pero eso no impidió que os acercárais e hicierais acopio de los productos que nos da el otoño: el producto estrella, la calabaza, se podía encontrar por doquier; así como las setas y los frutos secos. Pero también el pan y los huevos, entre otros muchos productos bellos y deliciosos.

Lo cierto es que muchos de vosotros y vosotras habéis expresado vuestra sorpresa ante la visita a un mercado atestado de gente, en que muchos puestos se encontraban ya vacíos… nosotras no podemos sino alegrarnos porque esos pimientos y esas zanahorias pasaran de las mesas a vuestras cestas y carros, que demuestran el interés que profesáis por la producción ecológica, sana y de calidad, que se apoya en una distribución diferente de la riqueza, en que no todo se lo llevan las grandes empresas y en que se cuida el producto de manera especial.

Los talleres realizados por Beatriz Quintana de Cultura Circular y Cristina Tovar del Eh voilà! fueron todo un éxito, como demuestra vuestra presencia durante la hora que duró cada uno frente a aquel puesto, dispuestas en círculo y con la mirada atenta. El mercado olía a ese delicioso risotto de calabaza… un gusto.

No podemos olvidar que hemos contado con los platos de Ronibil y los taburetes de Cartonlab, que nos facilitan la tarea y a vosotras el acceso…

Un último detalle: este domingo no apareció el dueño o dueña del número premiado en la rifa de la cesta de productos ecológicos… así pues hemos establecido que, si no aparece el dueño durante la mañana del ecomercado, no se repetirá la rifa; sino que se donará la cesta a alguna organización que trabaje con personas en riesgo de exclusión, con personas migrantes, etc. ¿Qué os parece? En esta ocasión, quedó en manos de Red Íncola, una fundación que apoya a las personas migrantes.

Esperamos que todos lo disfrutárais tanto como nosotras… ¡nos vemos el día 9 de diciembre!